Lana del Rey : Ultraviolence

Ella continúa ahí, contoneándose sobre el escenario. Los mismos gestos lánguidos para las mismas canciones tristes. «Al menos sigue viva», piensas antes de pedirle un whisky al camarero. Ya es más de lo que hubieras esperado hace un par de años, cuando la viste actuar por primera vez. Como entonces, un caso te ha traído a este tugurio de Los Ángeles. Confías que esta vez sí aparezca tu cliente. ¡Y pronto! Lo último que deseas es que la voz melancólica de Lana del Rey te ensombrezca aún más el ánimo.

Lana del Rey Ultraviolence Portada

Parece que ella tampoco ha pasado una buena racha: más amores destructivos, más somníferos, más errores sin marcha atrás. ¿No aprende o es que se regodea? Notas que hay menos gente en el local. Quizá se han cansado de escuchar sus miserias. Eso o van suicidándose uno a uno, noche a noche. Por el camino, el local pierde lustre: el papel de pared más despintado, las bombillas más lúgubres. Han contratado a unos guitarristas pero sus solos desgarrados suenan fuera de lugar aquí, donde la emoción debería ser contenida. Hasta el micrófono parece más desgastado.

Y entonces ocurre algo extraño. Lana sonríe. Una sonrisa fugaz como las estrellas, mientras habla con uno de los músicos, justo antes de beber agua. Enseguida recupera su máscara de lolita desvalida. Exagera la voz aniñada, susurra la-la-las para que suenen mortíferamente sexys. Ahora sabes que es todo teatro. La enésima cantante con dotes de actriz. Y aun así, tienes que reconocerlo: la chica tiene algo. Por eso te has citado aquí, y no en cualquier otro bar con neones en la puerta.

Lana del Rey West Coast

-Ha grabado una nueva canción preciosa -comparte contigo el camarero al servirte otra copa-. Is this happiness, ojalá la cante hoy.

Pero no lo hace. Demasiado luminosa, por lo visto. Como su sonrisa, prefiere esconderla. O compartirla solo con quien de verdad la quiera. No la culpas. A ti también te hirieron por decir que eras feliz. Y sin darte cuenta, se escurren los minutos. Hipnotizado por el ritmo de West Coast, te olvidas del caso y recuerdas la primera vez que llegaste a esta ciudad, cuando todo parecía posible porque al bajar del coche te sabías capaz de todo. Hueles otra vez las palmeras, la madera húmeda del muelle, vuelas con las gaviotas. La libertad de expresar lo que ya no es cierto.

Down on the West Coast they got a sayin’
«If you’re not drinkin’ then you’re not playin’.»
But you’ve got the music, you’ve got the music in you, don’t you?

Down on the West Coast I get this feeling
Like it all could happen, that’s why I’m leaving
You for the moment, you for the moment, Boy Blue, yeah, you

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