Recognise

Lo sabrás cuando lo veas. Entonces se despejarán todas las dudas, desaparecerán los miedos, se instalará el gusto de lo cotidiano. Eso es lo que te repite todo el mundo: solo entonces lo sabrás, cuando lo veas. Y les crees, estás convencido de que tienen razón. Pero para ver primero hay que volver a mirar, ponerse a buscar, estar en movimiento, dar tumbos de una punta de la ciudad a otra, a veces sin ton ni son, emocionándote con un atardecer entre los árboles o la vida de barrio de Sants por la mañana. Aún no has visto nada y por eso aún no sabes nada. Te abruma tanta incertidumbre, te abruman los que son más rápidos o menos indecisos, pero tanto caos también te empuja hacia el siguiente cruce, hacia la siguiente esquina por la que llega todo el sol. Quizás esté ahí, quizás allí. Todo se acabará ordenando y disfrutarás de la paz que solo da el lugar correcto. Lo sabrás pronto, cuando lo veas.

Banda sonora: Shura.

Another suitcase in another hall

Tampoco era aquí. Lo parecía, como ya lo pareció otras veces antes, pero no. Toca reiniciar la búsqueda. Y así, intento tras intento, vamos de casa en casa, de persona en persona, siempre nómadas que rebotan y nunca aterrizan en suelo firme. A nosotros cualquier lugar nuevo nos basta y nos deslumbra. Ahí o allá creeremos haber encontrado nuestro hogar, nuestra gente. La emoción durará hasta el siguiente desaliento, cuando en mitad de un día especialmente tranquilo, una llamada nos empuje a otro salto al vacío. Como el sol que no se queda en el balcón todo el día, la costumbre tampoco se asienta. Somos ese brindis por la eternidad que acaba desvaneciéndose.

Banda sonora: Madonna.

Happy like you

Se os veía tan felices en la playa famosa que descubristeis en la portada de la guía. Tan seguros, tan relajados, como solo se puede estarlo cuando las cosas salen bien a la primera. Hay quienes enseguida encuentran la suerte de lo sencillo: hablan con alguien que les gusta, quedan, repiten y todo encaja. Se van de viaje juntos. Otros, en cambio, hablan mucho, quedan poco y apenas repiten porque nada encaja. Y vuelta a empezar. Cada vez con menos energía, cada vez con menos ganas y más desconfianza. Se van de viaje solos o con amigos y les toca hacer las fotos a los demás. Antes de hacer clic piden que todos sonrían para salir felices. Para tener un recuerdo bonito de todos esos años que se acumulan.

Fotografía y texto de Alex Pler.
Banda sonora de Empire of the sun.

Maybe in another life

Los caminos que no tomaste siempre te parecerán más seductores. Quizás si los hubieras tomado ahora serías otra persona más feliz. Y no es que estés mal así como estás aquí. Pero te gusta imaginar cómo sería desaparecer por un momento, probar a transformarte en alguien que vive en otra ciudad, con otro trabajo, otras costumbres y distintas experiencias vividas. Hacerlo a modo de juego, solo por despejar la duda. Hacerlo sabiendo que podrías regresar. En qué caminos pensarías entonces. Puede que en aquel que te hubiera llevado hasta esta mesa y que volverías a tomar si lo necesitases. Ya no lo recuerdas pero también él fue una tentación en la que quisiste caer para sentir ese placer de lo desconocido. Será que a todo nos acostumbramos: después del debido tiempo, incluso a vivir esa aventura que elegimos. Y ahora brindamos por las otras vidas entre risas, como si la herida ya no escociera.

Fotografía y texto de Alex Pler.
Banda sonora de SG Lewis.

Storie brevi

Bajo la luz tenue del restaurante ya no éramos los chicos perfectos de las fotos estudiadas: allí solo éramos nosotros dos. Esperábamos nuestros platos, sin tocar aún las bebidas, miradas de reojo más allá de la cristalera, como si al otro lado de la calle pudiera haber alguna respuesta, una frase ocurrente que todo lo cambiaría. No nos sentíamos como dos supervivientes de tantas casillas ignoradas y dedos deslizados demasiado rápido. El silencio solo es cómodo en casa. La magia no llegaba pero llegaron nuestros platos y durante un rato pudimos comer y comentar sabores y texturas, y eso estuvo bien. No todo tiene que ser eterno ni definitivo.

Fotografía de Théo Gosselin.
Banda sonora de Tananai y Annalisa.