
En el último momento decidí que prefería no invitarte a subir. No quería que vieras el montón de libros en el suelo ni la ropa tendida en mitad del comedor. No quería tener que ofrecerte algo para beber que se quedaría sobre la mesa, tibio y sin tomar. No quería pasar por lo mismo de tantas veces. Conocía bien el proceso aunque esta vez sintiera que podía ser distinto. Quizás por eso mismo, porque podía llegar a ser distinto, quise que terminara a tiempo y me detuve unos pasos antes de mi portal, en aquella esquina donde no había nada aparte de la persiana grafiteada de un supermercado, y dije: aquí me quedo yo. Por un momento fingiste pucheros pero yo le resté importancia al momento con un abrazo, mañana hablamos, dijiste, y respondí que sí, como si de verdad pensara escribirte al día siguiente. Subí solo, pasé junto al montón de libros y la ropa tendida sin encender la luz y me serví un vaso de agua que bebí de un trago.
Fotografía: Theo Gosselin.
Banda sonora: Fickle Friends.