La mitad de lo que fuimos en Madrid

Me habían advertido sobre los veranos abrasadores de Madrid. Pero aquella mañana me despertó la gelidez del alba en los pies cuando vuestro perro arrancó la sábana para acurrucarse en ella. Sí, hacía frío aquellos días, sobre todo en las calles a la sombra cuando deambulábamos hacia el siguiente destino. No había pensado en llevar chaqueta así que me frotaba los brazos desnudos mientras vosotros caminabais de la mano unos pasos más allá. Como si estuviera prohibido hablar los domingos, nadie decía nada por aquellos barrios. Para mí eran zonas desconocidas. Me desconcertaba que una ciudad tantas veces visitada todavía guardase secretos. Y quizás por eso sentía aquel frío en pleno julio: lo que no conoces te destempla. Podríamos haber buscado algo de calor humano pero en cambio optamos por ir a restaurantes bonitos de los que marcharnos sin dejar propina.

Banda sonora: Ainoa Buitrago.

Deja un comentario