Solo noté tu acento cuando salimos del local abarrotado. Tu acento italiano. Sonreí: cómo no. Cada nueva palabra tuya en el nitbús me puso aún más cachondo. Tienes un tatuaje en la espalda: eso lo descubrí ya en casa, cuando después de ofrecerte una cerveza, te quitaste la camiseta. Un tatuaje del mismo color que tu barba, a juego con tus pendientes de macarra.
Acababas de reírte de mi forma torpe de girar las llaves pero no me lo tomé a mal: me lancé sobre ti como si aún estuviera entrenado para eso. Será que es verdad que el sexo es como ir en bici. Me gustó todo lo que hicimos en la cama y fuera de ella, en el suelo, contra la pared, de cara al espejo, pero más me gustó que después, ya a oscuras, me preguntases acerca de mis libros. Todavía recordabas algunos títulos de la estantería y eso me halagó. Me hizo pensar que a la mañana siguiente, mientras te hiciera el desayuno, también te acordarías de mi nombre, todavía.
No sex tapes, no camera
Just you and me together
Repeat it like a mantra
I’m in love, I’m in love