Este ha sido un año raro. De pocos discos buenos y ninguno destacando sobre el resto. En realidad, 2014 ha sido el año de los EPs: empezó prometedor con Mark Daumail, la primavera me la amenizaron Robyn y Röyksopp mano a mano, y Madonna ha dado la campanada adelantando 6 temas del que será su próximo disco.
Y sí, es cierto que los EPs están muy bien, sirven para salir del paso, pero también te dejan insatisfecho. Son como un polvo rápido. Aunque disfrutas, no es lo mismo. Tú quieres preliminares, que el vaivén se alargue, anunciar que vas a terminar y aún seguir un rato más, para luego enredaros con abrazos o besos que saltan en medio del silencio. Digan lo que digan, nada puede sustituir un disco completo, que te llene para siempre.
Lea Michele : Louder
Te lo pones y enseguida lo dejas aparcado. Pero vuelves a él al cabo de unos días. Y unos meses después, también. Y las canciones significan más cada vez. El desgarro irrumpe tarde: gritos clásicos en medio del campo de batalla cuando la batalla ya ha pasado. Afortunadamente, Lea Michele es esa amiga que no será la mejor pero siempre te escuchará cuando la llames, incluso de madrugada.
Coldplay : Ghost Stories
Tras la portada más bonita del año, aguardan los ecos de una relación que terminó. Nostalgia, muchas gotas de cariño intacto. Y un himno al cielo estrellado donde pasado, presente y futuro se unen o de repente ya no importan porque tras una travesía en el desierto solo sientes la euforia. Todo está a tu alcance, ¿lo ves?
La Roux : Trouble in Paradise
Conviene divertirse de vez en cuando. Vistes tu ropa más vistosa, bien de laca y de ganas de probar cosas nuevas, voz de falsete para tararear cualquier estribillo que se te ponga por delante… y todo sin perder la emoción de vista. No es fácil encontrar el equilibrio, pero cuando lo encuentras, suenas así de bien.
Jason Mraz : Yes!
Y el verano llegó sin que te dieras cuenta. ¿Qué aprenderás? ¿Te entusiasmarás con cosas insignificantes? ¿Volverás a enamorarte? ¿Conducirás hasta el final de la carretera? ¿Dirás que sí, por una vez? O lo susurrarás a pleno pulmón, como en esas canciones optimistas que podrías cantar junto a la hoguera, de noche, conmigo frente al mar oscuro en el que nunca llegamos a bañarnos.
Sam Smith : In The Lonely Hour
Lluvia, noches frescas, soledad sin mojitos… Agosto no tenía que ser así. Nada tenía que ser así. Sam Smith lo sabe, te comprende, te lo canta al oído para sentirse menos solo él y de paso acompañarte a ti. In The Lonely Hour es una operación a corazón abierto, un ejercicio de sinceridad abrumadora, superior incluso a lo que hizo Adele en 21. Y nunca incomoda, porque con la sinceridad llega la emoción en cada nota, palabra, verso. No es mi favorito, pero me alegro de su éxito. Desnudarse así tiene recompensa.
Jessie Ware : Tough Love
Jessie Ware podría ponerse melodramática, pero opta por medios tiempos sexys, que te cautivan escucha a escucha. Temas a los que no hacías mucho caso y un día no puedes parar de ponértelos en la cama. ¿Será esa la clave de todo? Tener paciencia. No huir a las primeras de cambio, en cuanto notas que algo se apaga, sino aguantar. ¿O aguantar hace que todo sea muchísimo más duro? Tough Love no tiene respuestas, solo canciones para dulcificar el trago.
Röyksopp : The Inevitable End
Bailar o llorar: con este álbum todo es posible. Incluso bailar y llorar al mismo tiempo: igual que Pet Shop Boys, Röyksopp son maestros de la electrónica emotiva. Por eso, aunque la nostalgia impregne The Inevitable End ya desde el título, casi siempre suena a celebración de los buenos momentos vividos. Banda sonora perfecta para el otoño.
…No, no hay nada como un gran disco al que siempre podrás volver. Pero a veces, como este año, por más esperanzas que atesores y escuchas que dediques, ese gran disco no aparece. Hay que conformarse con compañías pasajeras. Sentimientos cálidos con fecha de caducidad. ¿Cómo ibas a saber que todo se dirigiría hacia un final inevitable? Al menos tuviste el consuelo de la música…