En los estantes del supermercado nuevo, no tienen algunos productos a los que estaba acostumbrado. Poco o mucho, siempre asusta probar algo distinto. A mí sí, al menos. Pero aunque tenga que cambiar de gel de baño o de marcas de comida, prefiero que me traten bien las dependientas simpáticas. Iba siendo hora de pensar en mí.
Hay cambios pequeños, hay cambios trascendentales, hay cambios que parecen (solo parecen) insignificantes. Todos dan vértigo y algo de pereza. Todos son necesarios para avanzar. Porque paso a paso, te acercas a esa persona que quieres ser, ese lugar donde quieres estar. No hay prisa pero sí muchas ganas, y las ganas siempre te propulsan más allá. ¿Ya te lo vas creyendo?
Yo, por ejemplo, llevaba tiempo queriendo cambiar. No solo de supermercado, que también. Me apetecía tener una web propia donde sentirme cómodo, en la que ubicar los blogs que se iban dispersando y en la que poder publicar otros contenidos, si quería. Vaya: un lugar donde escribirlo todo. Para mí, escribir ha sido siempre un hobby. Pero un hobby algo extraño que me ocupa la mayoría de horas libres y deseo que además acabe siendo un trabajo.
En ese sentido, este año ha traído cosas muy buenas. La publicación de La noche nos alumbrará, el cariño de los lectores que han disfrutado con el libro y así me lo han hecho saber, la suerte de poder presentarlo en varias librerías amigas. Han sido unos meses intensos por los que estoy agradecido. Y no es que 2014 ya se esté acabando, pero esta semana es mi cumpleaños y quieras que no, eso siempre conlleva balance y cierre de etapa. Cerrar para volver a abrir, claro. Ojalá este nuevo principio traiga más cosas buenas. Como decía, no tengo prisa. Ganas sí, muchas.
Por eso, ya tocaba actuar en consonancia. Seguir dando pasos en la dirección deseada. Continúan las Sombras de Neón y seguimos avanzando hacia El mar llegaba hasta aquí. Os doy la bienvenida a mi web.
Genial Alex, me encanta la iniciativa. 😉
¡Gracias Luis! Un abrazo.
Está bien ir siguiéndote por la red, cual río que va camino del mar… que será en breve una de las paradas en tu viaje 😀
Viaje o travesía… pero las vistas del mar lo compensarán todo, espero. ¡Un abrazo!
Los cambios insignificantes pueden propiciar grandes cambios. Por ejemplo, un día decides llevar tu ropa favorita a clase en vez de dejarla para el fin de semana. Ese día, todos te dicen lo guapo que vas, por lo que se te alegra el día. Así, poco a poco empiezas a ir más guapo y no solo consigues piropos, sino que comienzas a sentirte más seguro y a llevar el día con una sonrisa. Todo por ponerte una prenda en vez de otra, así que imagínate la cantidad de cambios que pueden darse por un cambio de web.
Cuando pusiste el tweet de cambiar de etapa tras 5 años y después no se podía entrar en SDN me asusté pensando que mi blog favorito había cerrado; me alegro mucho que al final se haya convertido en una página web, con su .com, su diseño (muy agradable) y su nombre del escritor como título. ¡Suerte!
Cierto, incluso un cambio diminuto puede desencadenar otras cosas. Y precisamente son esos cambios pequeños los que están en nuestra mano. Hay que poner las cosas en movimiento y sorprenderse con lo que ocurra (o no) después. Me ha encantado tu ejemlo de cambiar de ropa, por cierto.
Siento el susto, pero temía que con un traslado paulatino al final nunca daría el salto definitivo. Las excusas, ya sabes. Así que aproveché los días de fiesta para ponerme manos a la obra. Me alegro de que te guste el resultado. Un placer leerte, como siempre. ¡Un abrazo!
Felicidades por el cambio Álex. A seguir «pa lante» y que las ganas siempre ganen a la pereza, je, je… Saludos.
Jajaja, hay días de ganas y días de pereza, pero se intentará que ganen las ganas… ¡Muchas gracias!