En contra de lo que creías, lo lograste. A los demás no les extrañó tanto. Será que te conoces menos, o que aún no has aceptado ser tu máximo apoyo. Sea como sea, lo lograste. El viaje tuvo sentido. Calle a calle, paisaje a paisaje, la huida fue convirtiéndose en aprendizaje. En las limitaciones encontraste una liberación inesperada. Prescindir de lo que dabas por supuesto para disfrutar lo diminuto. Y al volver a casa, todo había cambiado porque todo volvía a ser como antes. No como antes del viaje sino antes del motivo del viaje. Recuperada esa calma, pudiste avanzar.
viajar
I’m still breathing, I’m alive
Siempre la misma pregunta: ¿Viajas solo? Como compadeciéndose. A los camareros, en cambio, les da igual. Para ellos eres el último mono, el cliente que menos gasta. Esa mesa encajada junto a la barra será para ti. Quizás piensan que lo prefieres así, a salvo de miradas de lástima. Y desde tu rincón, cuando solo te traen un plato, a veces envidias a ese ejército de parejas románticas que piden juntos y se hacen fotos juntos. Parecen conocerse de toda la vida aunque estén en su primera cita. Sigue leyendo
Did I build this ship to wreck?
Todos los náufragos acaban encontrándose. Incluso en esta ciudad gigantesca donde tan fácil es sentirse solo. Aparecen refugios, pequeños bares donde tocar la guitarra, pintar, escribir o simplemente escuchar conversaciones que no comprendes. Sigue leyendo
Luz de piedra de luna
«Tendrías que haber estado allí», dirás después, incapaz de describir aquel instante irrepetible. Ni siquiera una foto capturaría la magia. Quienes ahora no están nunca entenderán el impacto Sigue leyendo