Los años le han sentado bien a esta chica. Su voz se ha dulcificado, ya no suena irritante como cuando se enredaba en estribillos que no iban con ella. Ahora prefiere pasárselo bien antes que hacerse notar. Es lo que trae la independencia: seguridad y ambición, y medios para ponerte a prueba.
Parece que últimamente es un piropo decir que un disco no suena actual. Trouble in paradise tiende un puente entre los 70 y los 80; podrían decirte que se grabó entonces y te lo creerías, incapaz de discernir si fue un álbum pionero que anunciaba el futuro synth-pop o bien un homenaje póstumo a la música disco.
Sorprende lo natural que suena La Roux en todo momento. Cómoda. Si tiene que ponerse juguetona en Sexoteque lo hace, solo le falta la carcajada que soltaba Madonna en el remix de Into The Groove. De la época dorada de la reina de pop también toma prestados esos coqueteos exóticos, como en Tropical Chancer. Te la imaginas restregándose entre palmeras y bajándose las gafas de sol para admirar al maromo de turno. Qué irresistible la forma de pronunciar el título, por cierto.
Y después del relax playero, suben las revoluciones. Silent Partner crece desbordante. Me gustan esas canciones que ya con las primeras notas auguran algo grande y estrofa a estrofa te lo confirman. De nuevo el sabor de los buenos extended mix de antaño: 7 minutos épicos que pasan volando. No, la animada canción que abría el tracklist, Uptight Downtown, no era una excepción.
La prueba de fuego siempre son los momentos serios. Incluso entonces me conquista la nueva La Roux. Hay canciones que me hacen bailar y otras que me divierten, pero Let Me Down Gently me abraza como ninguna otra. Queda claro que este disco es excitante e impredecible como el mejor verano. Nunca sabes por dónde te va a salir. Y para cuando te das cuenta, ya han terminado las 9 canciones y te lo vuelves a poner. Nada de problemas. Adicción en el paraíso.
Turn me into someone good
That’s what I really need
Tell me that I’m someone good
So we’re not so far apart, apart
Muy a favor de este disco. Lo estoy escuchando tranquilamente hoy, y se nota que ha ganado en estilo y clase. Va mucho más allá que los singles de su debut. Aunque haya hecho un «Nena Daconte», es decir que ahora sólo sea ella y dar patada al chico, le ha funcionado la mar de bien.
En este caso ha ganado en autenticidad… Se nota un disco estudiado y hecho con gusto. Menos efectista y más efectivo. Que cruce la pasarela. Y que el próximo tarde lo que tenga que tardar, pero sea así de bueno.