Lo que debía acercarse acabó alejándose. Nada fue tan especial como lo sentías: tus momentos irrepetibles solo eran juegos que alguien repite para ver qué pasa. Un año amarrado a un barco que jamás sopesó las consecuencias de soltar lastre. Das un sorbo al gintónic para asimilarlo. No es ningún drama. Incluso deberías estar agradecido. Lo sabes, te lo dicen. Bastará con acostumbrarte a la idea de tener siempre enfrente lo que a partir de ahora solo será de otros. Ojalá las cosas se sintieran tan fáciles como puedes verlas en esta mesa.
Fotografía & banda sonora: Roo Panes.