Pasará el tiempo y olvidaremos a qué vino tanto sufrimiento. Si al final todo nos fue bien, todo siguió esos tópicos de finales con los que volver a empezar. Costó descifrar el camino, cada uno el suyo, porque descifrarlo nunca es fácil cuando ya estás caminando. Ahora solo nos vemos en fotos, acompañados de personas nuevas en ciudades renovadas. Sonreímos como nunca lo hicimos, porque siempre deberíamos sonreír así, como si fuera la primera y la última vez que lo hacemos. No será así, lo sabemos, pero nos ilusiona este sentimiento. Ojalá algún día solo hablemos bien de lo nuestro.