Hay sueños que sí merece la pena cumplir. Antes defendías lo contrario: mejor dejarlos como fantasía, decías; todo suena mejor en la cabeza. Y también ayer estuviste a punto de echarte atrás. La idea te rondó hasta el último momento. Pero ¿por qué debería asustarte lo que tanto habías deseado? ¿Por qué no dejar que eso tomase forma, igual que un huevo gana sabor con el cuajo? Por una vez te dejaste llevar y todo salió bien. Por encima de lo esperado, por encima de lo anhelado incluso. Nada ha cambiado pero hoy todo es mejor.
Fotografía: Ryan McGinley.