En otro universo nos conocimos. En este, en cambio, ni siquiera llegaremos a rozarnos. ¿Cómo puede ser?, podría pensar uno de los dos con pena. Seguramente yo. Cómo puede ser que él no me vea si yo le estoy mirando. Que tanta gente se haya propuesto separarnos en medio de este vagón. Que el otro sí le encontrase a tiempo. Que esto dependa de una palabra o de un desajuste imprevisto. No lo sabemos, nadie lo sabe. Y entonces desaparecemos el uno para el otro. Siempre. Solo somos un enjambre de porsiacasos aspirando a la eternidad.
Fotografía: Théo Gosselin.
Entre dos personas a veces hay una causa o fuerza de la que depende que sucedan unos hechos o circunstancias imprevistos y cuando la coincidencia une dos sucesos en el mismo espacio y en el mismo tiempo para unir dos personas suele ser, al menos para mí, un hecho mágico que ocurre en muy contadas ocasiones. Me ha pasado varias veces en mi vida, siempre me he considerado afortunado por ello, y aún tengo esperanza de que habrán más… Feel the magic!