«¿Dónde está la magia?», me preguntaba. Y resulta que la magia estaba justo aquí, a mi lado. Despedí 2014 sin un disco favorito. Por alguna extraña razón, ese disco me llega ahora, mes y medio más tarde y un año después de su lanzamiento: On és la màgia? del grupo catalán La iaia. Pienso en la compañía que me habrían hecho entonces, sus canciones como talismanes.

Ojo, que ahora también me acompañan, claro. Lo bueno de haberlos descubierto ahora es que no lloro en los momentos más melódicos y sí levanto los brazos cuando los teclados remontan el vuelo. Y las letras, qué letras. No sé si hablan de mí o de nosotros, con esa poesía frágil, a punto de evaporarse, de los instantes que nunca volvieron. Los estribillos son instrumentales y también mis momentos favoritos de un disco lleno de momentos. Pocas veces 10 canciones dan para tanto. Fiesta, nostalgia, renacimiento. ¿Quieres ser oso o árbol? Llenemos las sábanas de colores, como en la portada.

Un disco que me habría gustado disfrutar en verano pero que en realidad es perfecto para este invierno. Más allá del teléfono mudo, entre las ramas secas que pronto recuperarán sus flores: aquí está la magia.

I de cop el cel es torna groc i et surt pèl per sobre del teu cos, et sents lliure com un ós al bosc.
I tots els teus amics són animals petits i tu només vols transformar-te, tu només vols transformar-te.

I tots junts flotem contents pel bosc, entens l’univers per primer cop, la gent són ossets petits.
I surt el sol de nit, i sóc un ós feliç que no pot parar de ballar tan lliure enmig del bosc.