¿Cómo se escribe un libro? O cómo consigues terminarlo. Me lo han preguntado un par de personas estos días y no sabía qué responderles, porque nadie tiene fórmulas mágicas, creo. Y ésa es la magia de los libros. Que te sientas a escribir y, tecla a tecla, tus personajes respiran. No hay más secreto: escribir cada día y sin excusas.
Pero tiene que haber algo más. Yo me propuse, por ejemplo, crear el libro que a mí me gustaría leer. Fue un consejo que encontré en este blog inglés que recoge citas y trucos para inspirar a los escritores. Recomiendo seguirlo en Twitter, sus frases siempre llegan cuando las necesitas.
Volviendo al consejo, seguro que admiras a varios escritores y hay muchos tipos de libros que te gustan: historias de terror, comedias románticas, viajes a países exóticos, aventuras medievales, crímenes, ensayos sobre música. Pero ninguno lo conglomera todo. Ese libro es el que te está esperando a ti. Los demás ya están escritos.
Es una experiencia curiosa, atreverte a soltarlo todo, sinceridad absoluta porque, como decían en Aullido, hay que contarles a las musas lo que solo le contarías a tu mejor amigo. Nadie dejaría leer a otro su diario, pero si escribes, quieras o no, es para que otros te lean. Apechuga.
Llegará ese día que terminarás el libro y se lo mandarás a alguien y te entrará pánico escénico esperando un veredicto. Tantas horas a solas y por fin te expones. Qué ocurrirá. Por no morderte las uñas, hojearás tu libro. Con espiral y tapa de plástico. Y entonces, en la portada, además del título, verás tu nombre. Sonreirás, satisfecho. ¿Cómo lo has logrado? ¿Cómo se escribe un libro? Ni idea, pero aquí está el tuyo.