
Cuando te fuiste enseguida empecé a fregar los platos de la cena. Me esmeré en secar bien los vasos y cubiertos para que no tuvieran ninguna huella como cuando los saqué a la mesa. Costó quitar los restos de la salsa carbonara de los platos pero con mucha agua caliente lo acabé logrando. A cada pieza que secaba y devolvía a su sitio, quedaba un rastro menos de nuestra velada. Por último guardé los botes de especias y otros ingredientes que habían sobrado. Al día siguiente todavía recordaba cada momento, cuándo habíamos hecho qué y dónde, pero conforme avanzaron las semanas todo volvió a ser lo de siempre: mi vajilla, mi nevera, mi sofá.
Fotografía: Aaron Thomas.
Banda sonora: Augustine.