Solo me reconociste al darte la vuelta y mirarme de frente. «Uy hola», dijiste entonces aunque en realidad estuvieras deseando marcharte sin decir adiós. En medio de la tienda nos pusimos a hablar como si nada de aquella noche hubiera ocurrido. Logramos disimular tan bien que lo confundí con una nueva oportunidad: de verdad llegué a pensar que ahora todo tomaría otro rumbo. Además, tu pecho velludo ya no lo podía acariciar. Ayer era invierno y apenas lo intuía por tu camisa medio desabotonada bajo el abrigo. Por eso me concentré en tus ojos despiertos, me esforcé en ser amable. Quería demostrarte que puedo ser muchas más cosas aparte de todas las que habías visto en mi sofá. Tú en cuanto conseguiste lo que habías venido a buscar te marchaste. Creo que ni siquiera te diste cuenta de que dejabas la puerta abierta.
Fotografía: Mitch Fong.
Banda sonora: Carlos Sadness.
Esas situaciones en las que no sabes donde meterte…
Solo espero, que si es cierta la historia, no te quedarás en mal lugar.
Un abrazo.
Me quedé frente a la puerta abierta, queriendo cerrarla pero disfrutando por un último momento de la corriente que entraba.