Él era mucho más guapo que su acompañante pero le clavaba la mirada como si fueran iguales. Era uno de esos hombres que se atreven a llevar pendientes enormes y un manojo de pulseras a juego porque saben que todo lo que se pongan les quedará bien. Sus tatuajes los desveló ya en el postre, al quitarse la cazadora de cuero cuando el sol de primavera empezó a surtir efecto. Llevaba toda la comida desenvolviéndose con soltura, lanzándose a pedir platos curiosos, charlando con los camareros como si los conociera, pero pendiente en todo momento de su acompañante. Le daba igual que otros lo mirasen con deseo, él ya había encontrado lo que buscaba.
Fotografía: Luz natural.
Banda sonora: Tom Grennan.