Ahora que ya es invierno, añoro los días de verano donde siempre parecía que empezaba algo. Aquel día en concreto íbamos a la playa, por primera vez juntos en coche. Descubriéndonos canciones, compartiendo esas intimidades que aún no habíamos tenido tiempo de contarnos, riendo aunque el horizonte estuviera nublado. Estabas tan guapo conduciendo con tu tupé rubio recién peinado y tu camiseta granate, que no me creía mi suerte. Saqué una foto, para enseñársela al mundo, sí, pero sobre todo para recordarlo. Hice muchas fotos aquel verano. El viaje en coche, tú en bañador al salir del agua, tu hombro tatuado bajo la sombrilla. Besándote al vaivén de las olas me sentía el protagonista de una película que se alargaría mucho después del atardecer, cuando tuviéramos que regresar; entonces compraríamos un helado y seguirían quedando canciones, anécdotas, risas. Después de cada chapuzón me gustaba juntar las toallas para que no las separase la arena. No contaba con que ese algo nuestro que empezaba no sería lo que yo imaginaba. Ahora ya no es verano, pero todavía quedan las fotos y un sentimiento cálido.
Fotografía: @delgiudice para Summer Diary.
Banda sonora: The Corrs.