Llegará el momento en que pienses que ya está, que ya lo has vivido todo. Lo sentirás como un atardecer interminable que te toca presenciar desde el banquillo. Te resignarás a que los días vayan pasando sin contarlos. Será entonces cuando de la nada, puede que una noche de martes cualquiera, irrumpa algo a galope para que lo cabalgues. Y entusiasmado con tu nueva montura, por fin entenderás que esta energía siempre fue tuya, que la puede aplicar a lo importante pero también a todas tus pequeñas ilusiones. Lo que ya se ha vivido siempre se puede repetir.
Fotografía: Ryan McGinley.
¿Y aquello que puede repetirse crees que lo hace de la misma manera que la primera vez que se vivió?
Difícilmente, porque nunca volvemos a ser los mismos. Hemos aprendido, hemos hecho daño, nos han herido, hemos caminado.
Opino que debería ser imposible. Nada se repite. Y si se repite es que no hemos aprendido y vamos por mal camino o nos hemos detenido en él.