Te recomiendan algo y no encuentras el momento. Es el momento el que te busca a ti, espera paciente hasta esa tarde de invierno con amigos: estáis en el sofá, acabáis de hacer palomitas y de repente aparece esa película en pantalla como podría haber aparecido cualquier otra, y tú exclamas «Uy, esta me la recomendaron». Y al pulsar play sientes curiosidad, esa curiosidad del principio, con dosis de desconfianza o de reparo, gotitas de vergüenza por si las cosas no salen bien. Siempre con el chubasquero a cuestas.
Sí, te recomiendan algo y crees que estarás preparado. ¡Si tú ya estás de vuelta de todo! Otra comedia romántica: ahora ocurrirá esto y luego el esperado giro final. Tienes los kleenex a mano, dispuesto a llorar; comes palomitas como sustitutas del helado. Pero esta vez es la sorpresa la que te busca a ti. Aunque adelantarte a ella pueda ser útil, no tendría ningún mérito. El protagonista también lo aprende a fuerza de equivocarse y de hacer trampas para intentar corregirlo. Error.
Y es que a menudo las cosas no salen como esperas. Salen mejor. Buscando el amor, topaste con otro paisaje: una vida, normal y corriente, maravillosa, toda para ti, para disfrutarla un día tras otro, momentos tristes a los que siguen una sonrisa o un capricho, un cuadro espléndido en el vestíbulo de siempre. Como dijo un amigo: «Es la actitud». Lo recordamos al terminar la película y espero que esta vez no lo olvidemos. Al menos por un tiempo. Porque nosotros no podemos volver atrás. Como mucho, si avanzando nos perdemos, sé que buscaremos otra brújula, otra película para recordarnos lo obvio. Para mirarnos felices al final, satisfechos. Detalles que te alegran una tarde más de tu vida.
«Todos viajamos juntos a través del tiempo, cada día.»
Sombras de neón 
Anoche por fin nos dimos el homenaje y la vimos. Sí, como bien me dijiste, es una de «esas» películas. Ya desde que empieza, como está narrada, filmada, las canciones, la música instrumental, lo tiene todo para ser una de «esas» películas, con todos los ingredientes para ser una película blockbuster comedia romántica y sin embargo con ese aroma a película independiente. Te enamoras de los personajes y de la historia. Sorprendente lo larga que es y lo amena que se hace. Y lo mejor, cero previsible, sin tener unos giros de guion inmensos, nunca sabes por dónde va a tirar o incluso cuál es el final.
Además tuvimos un chispazo enorme cuando Kit Kat fue corriendo a abrazar a Mary y la tira al suelo y se la come a besos, nos miramos y dijimos a la vez «eres tú» «soy yo». Y es que así es como actúa Jaime, jaja.
Simplente genial. Otra más para nuestra particular colección particular. Gracias por recordármela!
El personaje de la hermana es muy especial, con esos gestos y arranques de emoción. Muy bien construido. Pero es que en general todos los personajes consiguen que te encariñes con ellos. Así me gusta, que la disfrutárais 😉