Como ocurre con todos estos textos ancestrales (por aquí ya he comentado el Hagakure y El Arte de la Guerra), conviene no tomárselos al pie de la letra: al fin y al cabo, son fruto de una época y unas circunstancias muy concretas. Hoy ya no quedan guerreros que deban mantenerse fieles a la estricta doctrina del bushidô. Pero, como sea que el texto pretende aportar las claves para una vida más honesta y noble, sí deberíamos ser capaces de extraerle la esencia y quedarnos con aquello que nos pueda ser útil.
En cualquier caso, creo que resulta fascinante poder disfrutar del legado filosófico de un samurái mítico, acerca de cuya vida se han hecho decenas de películas, novelas, mangas, ensayos… Hay ciertas frases impactantes, otras evocadoras y algunas que quizá provoquen indiferencia. Pero no dejan de ser las últimas palabras que quiso transmitir el maestro y quizá por ello, las más importantes.
Están muy bien estos preceptos, pero como con muchos otros de estos consejos no sé cómo hacer para interiorizarlos y seguirlos realmente. Quiero decir, sé que ese es el camino a seguir, pero por mucho que lo racionalizo, mis sentimientos van en contra en muchas ocasiones. No sé, supongo que es complicado y requiere mucho tiempo, trabajo y paciencia.
Estos guerreros dedicaban su vida entera a entrenar, meditar y asimilar las enseñanzas del bushidô, no tenían otra cosa que hacer. Y de hecho, estos textos los escribían al final de sus vidas; supongo que sólo entonces alcanzaban la sabiduría necesaria.
Hoy en día, partiendo de la base que tenemos otro ritmo de vida, otros objetivos y ninguna necesidad de dar nuestra vida entera a una disciplina, pues queda todo más diluído. Por eso, yo me quedo sólo con las frases que me gustan, ésas que creo que puedan aportarme algo a mi día a día. Y lo cierto es que en este Dokkôdô han sido unas cuantas.
Eso sí, en algunas traducciones del texto había cosas como: «No busco el deseo físico» y «No busco el placer en la comida» que me chirriaban bastante… Por eso, he elegido las traducciones que me parecían más «actuales».
medita , se honesto y busca tu propio camino. Eso es lo que enseña el Dokkodo. Musashi busco sus propios principios. No los imites, se autentico. Puedes hacer tuyos algunos, pero el camino es largo y es de aprendizaje. Busca tu maestro interior.
Gracias por tus palabra, AJ. Un abrazo…