«Demasiado gay», comentaron algunos lectores gays sobre mi manuscrito de El mar llegaba hasta aquí. Les preocupaba que eso fuera una barrera insalvable para los lectores heterosexuales. Curiosamente, para estos últimos «lo gay» nunca supuso un problema: en general, expresaron estar encantados con conocer los entresijos de un mundo y unos comportamientos que les eran ajenos. Del mismo modo, son mis amigos y amigas heterosexuales los que menos se han quejado de Looking: ellos disfrutan de la serie, sin más.
Creo que los homosexuales somos el peor enemigo de una ficción homosexual. Le pedimos imposibles. Queremos que nos represente, que nos sublime y que además sea lo mejor jamás rodado. Sigue leyendo