Forget

A medida que clareaba podía leer los títulos de todos esos libros que me habían intrigado desde tu cama. Ya no parecían tan especiales a la luz del día pero aun así los leí en voz alta, resiguiéndolos con el dedo para mostrar interés mientras tú te vestías. Tenía la sensación de que en el preciso instante en que me callara, también lo harían los pájaros que cantaban frente a tu ventana y que entonces algo acabaría definitivamente. No me prestaste ningún libro. Teníamos que salir porque no tenías café o quizás, pienso ahora, no querías hacérmelo y tener que fregar después. Antes de que cerraras la puerta pude entrever un pasillo con baldosas hidráulicas, otras habitaciones alineadas, al fondo un salón que según me habías dicho daba a la Sagrada Familia. No tuve tiempo de comprobarlo pero todavía puedo imaginar las vistas que hubiéramos tenido bebiendo allí por la noche, con unos cojines en el suelo, las rodillas rozándose entre sorbo y sorbo. Dijiste que había una cafetería cerca del metro y supongo que fuimos hacia allí. El desayuno y lo poco que hubo después ya lo he olvidado. A pie de calle, los árboles del paseo se veían más pequeños y menos verdes que desde tu habitación.

Banda sonora: Roosevelt.

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