Hoy he vuelto a comprarme la colonia que llevaba entonces, cuando aprendía a caminar por mi cuenta. Hacía seis o siete años que no la usaba. Su mezcla de manzana y vainilla ha conseguido transportarme enseguida a aquellos días: las tardes frente al espejo arreglándome para una segunda cita, las noches de camino al bar donde quedábamos todos y después las madrugadas volviendo a casa con la sensación de que todo empezaba entonces. Ahora que aquellos días se acabaron, todavía perduran esos recuerdos y este perfume. Poniéndomelo siento que me quedan mil posibilidades por explorar y una será la mía.
Fotografía: Hoscos.
Banda sonora: Noah and the whale.
Sombras de neón 
Acabo de descubrir tu página. Qué maravilla. Qué prodigiosa selección de libros apetecibles que necesito ya. Me siento como si acabara de encontrar un tesoro. Preparo un viaje a medio plazo a Japón. Tengo mucho releído -Murasaki Shikibu ante todo, cuatro versiones de Basho, El libro de la almohada, Aguado, Silva, Haya, mucho de Hiperión, Poemas a la muerte de DVD, Krasnahorkai, Hana o la flor del cerezo de JM Rodríguez, Gómez Carrillo… Pero quiero más.
Acabo además de enterarme de la existencia de tu libro de palabras intraducibles por un post de Lola Nieto. Enhorabuena. Buscaré tu librería.
Muchas gracias por tus palabras, Aurora. Cuéntame si lees alguno de los libros. ¡Un abrazo!