La soledad te acompaña mucho después del viaje. Días sin hablar con nadie que desembocan en noches sin hablar con casi nadie. Cuesta retomar el ritmo de la ciudad, sus ausencias y silencios en mitad del ajetreo. O quizás ese desajuste ya lo cargabas antes y solo te das cuentas al deshacer las maletas. Puede que tu vida ahora sea esta, puede que los viajes no rompan la rutina, solo la prolonguen con mejores paisajes. O puede que solo sea eso que llaman una fase. Todavía arrastrando el jetlag, sales a la calle, da igual derecha o izquierda; coges el camino de siempre por una acera distinta. Aquí tampoco te conocen, pero tienes la música y no siempre llueve.
Fotografía: Théo Gosselin.
Banda sonora: JOYNER.