No estabas allí, pero nadie de aquella discoteca era tan guapo como tú. Nadie vestía tan presumido, empujándome a mirarte cada vez como la primera. Nadie tenía ese tupé rubio y frondoso aunque todos imitaran tu peinado. Nadie bailaba con tus movimientos graciosos, aunque en realidad no llegué a verte bailar. Nadie me hacía reír como tú. Nunca volvería a encontrarte por casualidad, nunca tendría otra oportunidad para seducirte con tonterías. Quise huir, quise llorar, quise sonreírles a mis amigos para que no se preocuparan. Dos o tres canciones después, me tranquilicé y procuré bailar al ritmo. Si ninguno de aquellos hombres eran tú, eso me hacía libre.
Fotografía: Cain Q.
Banda sonora: La Casa Azul.