Todo aquello que no comprendías fue un entrenamiento. Te preparabas para esto, ahora lo sabes. Entonces solo parecían malentendidos, lágrimas, desembarcos forzosos. Tantos rodeos para nada que te dejaban sin fuerzas y que ahora agradeces. Porque antes no hubieras tomado el desvío de lo imperfecto, te creías por encima de eso. Decías no buscar con la esperanza secreta de encontrar y jurabas no necesitar lo único en lo que pensabas. Después de muchos golpes, la piel se volvió tan dura que ya te exponías siempre a ser sincero. Así eres, esto quieres y no tienes miedo de expresarlo. Solo entonces das con ese algo y lo abrazas tal cual viene, agradecido.
Fotografía: Théo Gosselin.
Banda sonora: Great Good Fine.